Un indomable Atlético firma una maravillosa y épica victoria frente al Barcelona
Sin miedo y casi sin respeto. Así se presentó el Atlético de Madrid en el campo.
Diego Alcalá Rivero estará orgulloso de su equipo. Más que nunca… El partido era para él y los suyos no le fallaron. El Atlético de Madrid le brindó uno de esos partidos que no se olvidan por muchos años que pasen. Un espectáculo único e indescriptible. El Barcelona se vio con los puntos en el bolsillo cuando se puso 0-2 en el marcador, pero Forlán y el Kun Agüero, esa maravillosa pareja, decidieron lo contrario. Y con la impagable ayuda de un Leo Franco que paró en los momentos adecuados. En un encuentro irrepetible, el Atleti mandó con rumbo al cielo un espectáculo increíble. Diego no se merecía otra cosa…
Sin miedo y casi sin respeto. Así se presentó el Atlético de Madrid en el campo y al final de la primera parte el marcador no fue del todo justo con los rojiblancos. Con las ideas muy claras y sabiendo qué hacer, los hombres de Abel Resino arrancaron intimidando a un rival que no esperaba tal avalancha. Ya en el primer minuto el Kun Agüero superó a Víctor Valdés con una vaselina, pero el balón rozó la red de la portería.
Un error en defensa permitió a Eto’o rematar en solitario a los 2 minutos, pero Leo Franco puso el cuerpo para evitar el gol. El que también lo evitó en el 3, al menos para que tuviera validez, fue un asistente de González Vázquez. Maxi remató desde fuera del área, el balón se fue contra un poste tras doblar las manos de Víctor Valdés y Heitinga machacó desde cerca. Su posición era válida, pero no lo estimó así uno de los jueces.
El Atlético de Madrid se juntaba mucho en el centro del campo, complicando la circulación del Barcelona, que no lograba que sus figuras aparecieran. El equipo rojiblanco apostó por llegar lo antes posible al área de Víctor Valdés robando cuanto antes el balón, consiguiendo así que los blaugrana no lo tuvieran mucho tiempo en su poder para hacer y deshacer a su antojo.
Pero al Barcelona no le hace falta hacer mucho para conseguir todo lo que quiere. Aprovecha cualquier error, cualquier resquicio, cualquier espacio… Así pasó en el minuto 18, cuando Pablo no despejó bien el balón y Henry, que pasaba por allí, remató desde fuera del área sin que Leo Franco pudiera con la parábola que dibujó el balón.
El Barcelona, tras una primera fase en la que el Atlético de Madrid apenas le permitió alegría alguna, fue situándose mejor sobre el césped. Los rojiblancos continuaban apostando por los balones largos, pero poco a poco Puyol y Márquez se iban imponiendo al Kun y Forlán. Además, Messi, que no había dado señales de vida, empezó a hacerlo con tremendas arrancadas desde lejos.
El pequeño genio azulgrana comenzaba a tener protagonismo, una muy mala noticia para los locales. Y en una de sus clásicas jugadas, Messi encontró un pasillo libre por el centro y antes de que Leo Franco pudiera hacer algo el balón ya estaba en una esquina de su portería. Ahora sí el Atlético corría el peligro de desmoronarse, viendo que el buen trabajo hecho no servía para nada. Pero en sus filas también hay jugadores dotados para realizar una genialidad donde y cuando sea, y gracias a ello se metió de inmediato en el partido. Si fantástica fue la arrancada del argentino del Barcelona, no menos lo fue el espectacular zurdazo de Forlán. Estaba muy lejos, pero el balón llevaba una precisión suiza y Víctor Valdés sólo pudo seguir su trayectoria con la mirada.
El último cuarto de hora de la primera parte, con dos equipos enganchados plenamente al partido, fue una constante sucesión de ocasiones. El primer turno fue para el Atlético, primero con un tiro de Simão y poco después con una genialidad del Kun, que fue respondida por Valdés. El segundo turno, el que tuvo color blaugrana, pudo ser letal. Gudjohnsen y Messi se plantaron delante de Leo Franco, pero en ambos casos cruzaron excesivamente el balón de la misma manera.
El Atlético llegó al descanso renacido aunque el marcador no le fuera favorable. Ese gol de Forlán había tenido un efecto terapéutico en las filas atléticas, cuyos futbolistas volvían a creer. Pese a ello, fue Eto’o el que amenazó primero en la segunda parte tras una buena asistencia de Gudjohnsen, pero el camerunés no remató bien.
El Kun había aparecido sin mucha continuidad, pero siempre mandando mensajes amenazantes a la zaga del Barcelona. Y al final llegó su momento… Márquez se confió, Puyol no cerró a tiempo y Agüero cruzaba el balón para hacer el empate. Fue el inicio de una segunda parte aún más eléctrica que la primera…
Y es que el partido se convirtió en constantes idas y vueltas, siendo las dos áreas los escenarios donde no pararon de suceder cosas. Atlético de Madrid y Barcelona no tuvieron problemas en ello, pero al final salió perdedor el que se suele manejar mejor en este tipo de partidos.
Forlán, que no paró ni un instante en todo el partido, comenzó a meter el miedo de verdad en el cuerpo de la escuadra de Guardiola con un disparo desde lejos. El Kun Agüero, que para entonces ya le secundaba con todas las de la ley, se quedó a un paso del tercero en el último momento porque Puyol se interpuso a tiempo. El líder empezaba a tener claro que debería sudar sangre si quería ganar.
Los de Abel Resino paladeaban el tercer gol, lo tenían entre los labios. Forlán mucho más cerca en el minuto 71 cuando a dos palmos de la portería remató en solitario y todavía nadie sabe qué pasó para que el balón no se metiera en la portería. Y en la jugada posterior, con la defensa rojiblanca mal colocada, Henry marcaba a placer tras un pase de Gudjohnsen.
Pero no, el Atlético no plantó la bandera blanca de rendición. Había hecho tantas cosas y tan buenas que en sus filas nadie pensó en ello. Y para conseguirlo el primero en dejarlo claro fue Leo Franco, que salvó de nuevo al Atlético ante un Eto’o que siempre vio la portería muy pequeña.
El equipo rojiblanco no frenaba. Estaba seguro de que su momento de gloria estaba por llegar. Y claro que llegó… Sinama Pongolle, que había entrado por Maxi, fue a rematar un balón y Henry no tuvo más remedio que derribarle. Forlán colocó el balón en una esquina de la portería para seguir manteniendo vidas las esperanzas de una afición enloquecida por el espectáculo.
Sí, ya quedaban muy pocos minutos por delante, pero mientras el Barcelona, que tuvo el partido ganado, ya no veía nada mal el empate, el Atlético de Madrid tenía claro que otro pequeño empujón podía valerle. Y ese empujón lo dio el Kun Agüero. Se metió como un ratón entre la defensa del Barcelona y acabó su pillería con un maravilloso disparo cruzado que cerró un partido inolvidable. Bueno, el que lo cerró realmente fue Leo Franco, que a última hora sacó una mano milagrosa del bolsillo para confirmar la gesta rojiblanca. Diego, desde allá arriba, se seguirá sintiendo orgulloso de sus colores...
ATLÉTICO DE MADRID, 4 (Forlán, 2, uno de penalti, y Kun Agüero, 2); BARCELONA, 3 (Henry, 2, y Messi).
Atlético de Madrid: Leo Franco; Heitinga, Pablo Ibáñez, Ujfalusi, Antonio López; Paulo Assunção, Raúl García (Maniche, 77’), Maxi (Sinama Pongolle, 66’), Simão; Kun Agüero y Forlán (Éver Banega, 89’).
Barcelona: Víctor Valdés; Dani Alves, Márquez, Puyol, Sylvinho (Martín Cáceres, 77’); Yayá Touré, Xavi, Gudjohnsen; Messi, Henry y Eto’o.
Árbitro: González Vázquez (Colegio Gallego). Por parte del Atlético de Madrid mostró tarjeta amarilla a Heitinga (46’), Raúl García (48’) y Paulo Assunção (66’); en las filas del Barcelona fueron amonestados Dani Alves (56’) y Messi (92’).
Incidencias: Estadio Vicente Calderón. Partido correspondiente a la jornada 25 de Liga en Primera División. Se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de Diego Alcalá Rivero, jugador Alevín de la Escuela del Club fallecido el pasado jueves tras un trágico accidente.
GOLES
0-1 (18’). Henry bate a Leo Franco con un disparo parabólico desde fuera del área.
0-2 (30’). Messi se cuela en el area y marca de disparo cruzado.
1-2 (31’). Forlán marca de soberbio zurdazo desde lejos.
2-2 (55’). Kun Agüero marca de disparo cruzado.
2-3 (72’). Henry marca a placer tras una asistencia de Gudjohnsen.
3-3 (79’). Forlán transforma un penalti cometido por Henry sobre Sinama Pongolle.
4-3 (88’). Kun Agüero cruza desde cerca.
Sin miedo y casi sin respeto. Así se presentó el Atlético de Madrid en el campo y al final de la primera parte el marcador no fue del todo justo con los rojiblancos. Con las ideas muy claras y sabiendo qué hacer, los hombres de Abel Resino arrancaron intimidando a un rival que no esperaba tal avalancha. Ya en el primer minuto el Kun Agüero superó a Víctor Valdés con una vaselina, pero el balón rozó la red de la portería.
Un error en defensa permitió a Eto’o rematar en solitario a los 2 minutos, pero Leo Franco puso el cuerpo para evitar el gol. El que también lo evitó en el 3, al menos para que tuviera validez, fue un asistente de González Vázquez. Maxi remató desde fuera del área, el balón se fue contra un poste tras doblar las manos de Víctor Valdés y Heitinga machacó desde cerca. Su posición era válida, pero no lo estimó así uno de los jueces.
El Atlético de Madrid se juntaba mucho en el centro del campo, complicando la circulación del Barcelona, que no lograba que sus figuras aparecieran. El equipo rojiblanco apostó por llegar lo antes posible al área de Víctor Valdés robando cuanto antes el balón, consiguiendo así que los blaugrana no lo tuvieran mucho tiempo en su poder para hacer y deshacer a su antojo.
Pero al Barcelona no le hace falta hacer mucho para conseguir todo lo que quiere. Aprovecha cualquier error, cualquier resquicio, cualquier espacio… Así pasó en el minuto 18, cuando Pablo no despejó bien el balón y Henry, que pasaba por allí, remató desde fuera del área sin que Leo Franco pudiera con la parábola que dibujó el balón.
El Barcelona, tras una primera fase en la que el Atlético de Madrid apenas le permitió alegría alguna, fue situándose mejor sobre el césped. Los rojiblancos continuaban apostando por los balones largos, pero poco a poco Puyol y Márquez se iban imponiendo al Kun y Forlán. Además, Messi, que no había dado señales de vida, empezó a hacerlo con tremendas arrancadas desde lejos.
El pequeño genio azulgrana comenzaba a tener protagonismo, una muy mala noticia para los locales. Y en una de sus clásicas jugadas, Messi encontró un pasillo libre por el centro y antes de que Leo Franco pudiera hacer algo el balón ya estaba en una esquina de su portería. Ahora sí el Atlético corría el peligro de desmoronarse, viendo que el buen trabajo hecho no servía para nada. Pero en sus filas también hay jugadores dotados para realizar una genialidad donde y cuando sea, y gracias a ello se metió de inmediato en el partido. Si fantástica fue la arrancada del argentino del Barcelona, no menos lo fue el espectacular zurdazo de Forlán. Estaba muy lejos, pero el balón llevaba una precisión suiza y Víctor Valdés sólo pudo seguir su trayectoria con la mirada.
El último cuarto de hora de la primera parte, con dos equipos enganchados plenamente al partido, fue una constante sucesión de ocasiones. El primer turno fue para el Atlético, primero con un tiro de Simão y poco después con una genialidad del Kun, que fue respondida por Valdés. El segundo turno, el que tuvo color blaugrana, pudo ser letal. Gudjohnsen y Messi se plantaron delante de Leo Franco, pero en ambos casos cruzaron excesivamente el balón de la misma manera.
El Atlético llegó al descanso renacido aunque el marcador no le fuera favorable. Ese gol de Forlán había tenido un efecto terapéutico en las filas atléticas, cuyos futbolistas volvían a creer. Pese a ello, fue Eto’o el que amenazó primero en la segunda parte tras una buena asistencia de Gudjohnsen, pero el camerunés no remató bien.
El Kun había aparecido sin mucha continuidad, pero siempre mandando mensajes amenazantes a la zaga del Barcelona. Y al final llegó su momento… Márquez se confió, Puyol no cerró a tiempo y Agüero cruzaba el balón para hacer el empate. Fue el inicio de una segunda parte aún más eléctrica que la primera…
Y es que el partido se convirtió en constantes idas y vueltas, siendo las dos áreas los escenarios donde no pararon de suceder cosas. Atlético de Madrid y Barcelona no tuvieron problemas en ello, pero al final salió perdedor el que se suele manejar mejor en este tipo de partidos.
Forlán, que no paró ni un instante en todo el partido, comenzó a meter el miedo de verdad en el cuerpo de la escuadra de Guardiola con un disparo desde lejos. El Kun Agüero, que para entonces ya le secundaba con todas las de la ley, se quedó a un paso del tercero en el último momento porque Puyol se interpuso a tiempo. El líder empezaba a tener claro que debería sudar sangre si quería ganar.
Los de Abel Resino paladeaban el tercer gol, lo tenían entre los labios. Forlán mucho más cerca en el minuto 71 cuando a dos palmos de la portería remató en solitario y todavía nadie sabe qué pasó para que el balón no se metiera en la portería. Y en la jugada posterior, con la defensa rojiblanca mal colocada, Henry marcaba a placer tras un pase de Gudjohnsen.
Pero no, el Atlético no plantó la bandera blanca de rendición. Había hecho tantas cosas y tan buenas que en sus filas nadie pensó en ello. Y para conseguirlo el primero en dejarlo claro fue Leo Franco, que salvó de nuevo al Atlético ante un Eto’o que siempre vio la portería muy pequeña.
El equipo rojiblanco no frenaba. Estaba seguro de que su momento de gloria estaba por llegar. Y claro que llegó… Sinama Pongolle, que había entrado por Maxi, fue a rematar un balón y Henry no tuvo más remedio que derribarle. Forlán colocó el balón en una esquina de la portería para seguir manteniendo vidas las esperanzas de una afición enloquecida por el espectáculo.
Sí, ya quedaban muy pocos minutos por delante, pero mientras el Barcelona, que tuvo el partido ganado, ya no veía nada mal el empate, el Atlético de Madrid tenía claro que otro pequeño empujón podía valerle. Y ese empujón lo dio el Kun Agüero. Se metió como un ratón entre la defensa del Barcelona y acabó su pillería con un maravilloso disparo cruzado que cerró un partido inolvidable. Bueno, el que lo cerró realmente fue Leo Franco, que a última hora sacó una mano milagrosa del bolsillo para confirmar la gesta rojiblanca. Diego, desde allá arriba, se seguirá sintiendo orgulloso de sus colores...
ATLÉTICO DE MADRID, 4 (Forlán, 2, uno de penalti, y Kun Agüero, 2); BARCELONA, 3 (Henry, 2, y Messi).
Atlético de Madrid: Leo Franco; Heitinga, Pablo Ibáñez, Ujfalusi, Antonio López; Paulo Assunção, Raúl García (Maniche, 77’), Maxi (Sinama Pongolle, 66’), Simão; Kun Agüero y Forlán (Éver Banega, 89’).
Barcelona: Víctor Valdés; Dani Alves, Márquez, Puyol, Sylvinho (Martín Cáceres, 77’); Yayá Touré, Xavi, Gudjohnsen; Messi, Henry y Eto’o.
Árbitro: González Vázquez (Colegio Gallego). Por parte del Atlético de Madrid mostró tarjeta amarilla a Heitinga (46’), Raúl García (48’) y Paulo Assunção (66’); en las filas del Barcelona fueron amonestados Dani Alves (56’) y Messi (92’).
Incidencias: Estadio Vicente Calderón. Partido correspondiente a la jornada 25 de Liga en Primera División. Se guardó un emotivo minuto de silencio en memoria de Diego Alcalá Rivero, jugador Alevín de la Escuela del Club fallecido el pasado jueves tras un trágico accidente.
GOLES
0-1 (18’). Henry bate a Leo Franco con un disparo parabólico desde fuera del área.
0-2 (30’). Messi se cuela en el area y marca de disparo cruzado.
1-2 (31’). Forlán marca de soberbio zurdazo desde lejos.
2-2 (55’). Kun Agüero marca de disparo cruzado.
2-3 (72’). Henry marca a placer tras una asistencia de Gudjohnsen.
3-3 (79’). Forlán transforma un penalti cometido por Henry sobre Sinama Pongolle.
4-3 (88’). Kun Agüero cruza desde cerca.