En las vísperas lo habían dicho los dos entrenadores. Simeone comentaba que esperaba un Rayo como se le está viendo jugar en toda la temporada, que no iba a cambiar. Lo corroboró su homólogo rayista, Paco Jémez, y así empezó el partido. Los rojiblancos estaban muy metidos en el encuentro desde que Undiano Mallenco dio el pitido inicial. Tanto es así que en dos minutos el Atlético de Madrid pasó de avisar a ponerse por delante en el marcador.

Primero fue un robo de balón de Arda Turan. El turco sirvió a Villa para que éste jugara adelantado para Diego Costa, pero su remate se marchó fuera. A renglón seguido, nueva recuperación de balón visitante con balón a Costa que, cuando todos esperaban el disparo, cedió a Villa para que el Guaje hiciera el 0-1. Ocho minutos de juego y el partido estaba de cara.

Pero este Atlético no se inmuta por nada. Ni por un penalti en contra. Dos minutos después del gol de Villa, una internada de Bueno acabó en penalti por derribo de Manquillo. Jonathan Viera lo lanzó a la derecha del belga y éste adivinó, despejando la pena máxima. Todo seguía igual pero había sido un toque de atención, porque el equipo de Simeone se lanzó con furia en busca del segundo gol.

Así, al cuarto de hora de partido, doble oportunidad desbaratada por el meta local, Rubén. Primero, con un disparo de Costa que despejó el portero, el rechace fue a Sosa, que volvió a disparar cruzado pero gran intervención de Rubén, que tocó lo justo para que el balón fuera al travesaño y después a córner.

El Rayo lo intentaba pero no podía nada. Además, parecía haber acusado en exceso el penalti marrado y el partido estaba para lo que quería el Atlético de Madrid. A la media hora de partido, contragolpe de libro que conduce Villa por la derecha, con pase en profundidad a Costa, éste atrás a Sosa y el argentino ve desmarcado a Arda Turan que sólo tiene que empujar a la red.

El Rayo Vallecano empujaba con corazón más que con cabeza, pero en una de las ocasiones el balón le llegó a Larrivey dentro del área y su dejada a la izquierda a Jonathan Viera sirvió para que el canario superara a Courtois. Sin embargo, el espíritu que mostró el Atlético de Madrid en este encuentro hizo que no se quedara el resultado al descanso con una victoria por la mínima. Una falta lateral ejecutada con maestría por Gabi tuvo en Arda Turan al protagonista del tercer gol. El turco aprovechó el balón al segundo palo para anotar el 1-3, segundo en su cuenta en este partido. Con este resultado se llegó al descanso.

Ese tercer gol rojiblanco adormeció el partido de tal forma que en la segunda mitad todo estaba a merced de lo que quisiera hacer el Atlético de Madrid. Con un equipo sólido en defensa, donde Manquillo cumplió a la perfección la ausencia por sanción de Juanfran, con Koke y Gabi en la sala de máquinas, el vallecano por Tiago, que se había resentido en el calentamiento. Sosa, que se estrenaba como titular, realizó un buen partido, participando activamente en el segundo gol y teniendo incluso una ocasión de gol que le desbarató el portero. Y un Arda que aportó dos goles y, lo que es más importante, su magia al equipo.

Y, arriba, Villa volvió a marcar con un Diego Costa generoso con el compañero, ya que no marcó pero intervino en los dos primeros goles, asistiendo a Villa en el primero y participando en la jugada del segundo.

La pena fue que, en esta segunda mitad, Óliver Torres duró apenas tres minutos en el terreno de juego, ya que tuvo que salir en camilla por un problema en el hombro. Si por la mañana en Majadahonda se había lesionado Héctor en la clavícula izquierda, por la tarde fue Óliver el que tuvo que abandonar el campo. Fue la nota negativa de un partido plácido por el excelente trabajo de un equipo que, a falta del encuentro del Barcelona, se colocaba líder en solitario.

Una gran jugada por la banda izquierda finalizó en el cuarto gol de los nuestros. Saúl Ñíguez marcó en propia meta tras una cabalgada de Filipe que centró al área un balón que llegó a tocar Diego Costa, insuficiente para añadir el tanto a la cuenta si no hubiera sido por ese toque final del rojiblanco cedido al equipo franjirrojo. Un minuto después, Larrivey dejaba en dos la ventaja de los nuestros. En definitiva, importante triunfo de autoridad en Vallecas para continuar en lo más alto.