Con la ilusión de los 10.000 niños que abarrotaban las gradas del Vicente Calderón. Así saltaron al campo los pupilos de Simeone. Con brío e intensidad, los rojiblancos se adueñaron del encuentro desde el inicio, teniendo pronto ocasiones para abrir el marcador. Primero fue Diego, que tras saque de esquina, probó fortuna con una potente bolea. La estrategia funcionaba a las mil maravillas, y en la siguiente ocasión llegaría el primer tanto colchonero. El hoy capitán Raúl García, remataba con precisión un gran centro de Koke para delirio de la parroquia rojiblanca. El Villareal quiso ir en busca del tanto del empate, pero la zaga compuesta por Godín y Alderweireld mantuvo lejos el peligro de la portería de Courtois, manteniendo de esa manera el 1-0 al término de los primeros 45 minutos.

El conjunto de Marcelino salió enchufado tras el paso por vestuarios, adelantando sus líneas ofensivas en busca del gol. Sin embargo, El Atlético, en botas de David Villa, fue el que tuvo la primera ocasión del segundo acto, con un disparo del guaje que atajó con seguridad Asenjo. El submarino amarillo puso la réplica con dos chuts de Cani y de Perbet, que se marcharon fuera de la meta defendida por Courtois. La entrada de Adrián y de Sosa dieron un aire fresco a los rojiblancos que gozaron, tras jugada de ambos, de una buena oportunidad con un derechazo de Raúl García sin consecuencias para el marcador.

La grada se sumó al titánico esfuerzo de los de Simeone convirtiéndose en el jugador número 12 de los rojiblancos y el Atlético lo agradeció. Sosa, muy activo desde su entrada, se marchó de tres por la banda y cedió para Tiago, que no acertó a batir a Asenjo. El Villareal no quería dejar escapar la ocasión de sumar puntos en el estadio más inexpugnable de la Liga, pero los de Simeone, fuertes y confiados atrás, no cedieron más ocasiones al conjunto castellonense. El pitido final certificó la fiesta del líder, ya que una jornada más, el Atletico dormirá en lo más alto de la clasificación.