Cómo rugía el Vicente Calderón. Primer partido de la segunda vuelta y primera gran oportunidad para liderar en solitario la clasificación de la Liga BBVA tras el empate del Barcelona en Levante. Con ilusión, con garra, en definitiva, con mucha ambición salieron al campo nuestros guerreros, que se volcaron rápidamente sobre la portería defendida por Beto. El Sevilla, que aterrizó en el coliseo rojiblanco con una buena dinámica tras ganar cinco de sus últimos siete compromisos, empezó el partido contemplativo, a expensas de que el Atlético moviera fichas.

Diego Costa fue el primero en probar fortuna con un potente testarazo a pase de Gabi. Los de Emery, empezaron a sufrir la ley del embotellamiento del Calderón debido, en gran parte, a las subidas de Juanfran y Filipe. El dominio empezó a producir continuas oportunidades. Diego Costa, con una genialidad, y Gabi dispararon desde fuera del área sin consecuencias en el marcador. Un marcador que poco tardaría en moverse, y es que los vientos huracanados soplan demasiado fuerte, con mucha bravura. David Villa, participativo y constante desde el inicio de la contienda, cogería un rechace en el punto de penalti, a la salida de un córner, para fusilar a Beto y poner el primero de la noche a orillas del Manzanares.

El monólogo colchonero continuó con la misma fluidez. El Sevilla, que se estiró con timidez, no encontraba respuestas al dominio de los de Simeone y, tan solo Iborra, con un flojo cabezazo, intentó probar a Courtois que atajó con solvencia el esférico. Arda, Villa y Koke monitorizaban el juego ofensivo rojiblanco con buenas asociaciones, siempre secundadas por nuestros incansables laterales. Casi sin quererlo, el equipo sevillista tuvo una buena oportunidad al filo del descanso en una jugada embarullada dentro del área atlética. La primera parte moriría con un Atlético que controlaba a su antojo el juego gracias a la fuerza que transmitían las almas rojiblancas citadas en el templo rojiblanco.

El partido se equilibró en el inicio del segundo acto, con un Sevilla que empezó a controlar algo más el juego en busca del empate. Nuestros titanes, inteligentes y bien posicionados, trataron de atacar con cabeza y Raúl García fue el primero en probar a Beto con un disparo lejano con mucha potencia. Los andaluces querían su gol, pero la defensa rojiblanca se mostraba impenetrable y no concedía ocasiones a los delanteros rivales. Diego Costa, que se movía con una agilidad felina en cada ataque, trató de conectar un disparo acrobático pero su balón salió repelido por Fazio.

El equipo hispalense subió la presión con el paso de los minutos y la salida de balón rojiblanca se hacía difícil. En una jugada sin peligro, Hernández Hernández decretaba un más que dudoso penalti que transformaría Rakitic para poner el empate. Enfadados por el tanto rival, nuestros jugadores adelantaron las líneas y los ataques comenzaron a ser continuos al área sevillista pero el premio del gol no llegaba para las arcas colchoneras.

Los de Diego Pablo Simeone se volcaron a por el gol con un Sevilla, que al contrario, puso a todos sus jugadores en su área conforme con el resultado. El encuentro se volvió bronco y el equipo rojiblanco, aupado por la expulsión de Alberto Moreno, intentó por todos los medios volver a ponerse con ventaja, sin embargo, el final del encuentro no daría para más y el empate terminaría siendo el resultado de un intenso partido que deja colíder al Atlético con 51 puntos.