
¡Nuestra Copa Intercontinental cumple 50 años!
El 10 de abril de 1975, nuestro equipo se proclamó campeón del mundo después de derrotar por 2-0 al Club Atlético Independiente en el Estadio Vicente Calderón.
La conquista de la Copa Intercontinental cumple medio siglo. Tal día como este jueves, el 10 de abril de 1975, Adelardo Rodríguez alzaba al cielo del Vicente Calderón el título más importante de la historia del Atlético de Madrid, después de derrotar en el emocionante partido de vuelta de la final al conjunto argentino de Club Atlético Independiente, gracias a sendos goles de Irureta y Ayala.
Una competición que midió a dos de las escuadras más potentes del planeta, cuyos logros permanecen en la memoria de los aficionados cincuenta años después. Por un lado, nuestra gran generación rojiblanca de principios de los 70, que en esa primera mitad de la década ganó dos campeonatos de Liga, uno de Copa y alcanzó la final de la Copa de Europa, donde nos vimos las caras con un Bayern Múnich que renunció a luchar por la posterior Intercontinental. Enfrente, un Independiente que era un magnífico equipo y el indiscutible rey de Sudamérica, pues enlazaba tres títulos consecutivos de la Copa Libertadores (1972, 1973, 1974) y aún ganaría otra cuarta seguida en ese mismo año 1975. Asimismo, contra nosotros también defendería el cetro mundial logrado la temporada anterior ante la Juventus, a quien tumbó por 0-1 en Roma en una edición que -a diferencia de cómo se disputaba entonces el torneo- se decidió en un único encuentro en sede neutral aunque en suelo italiano.
Después de la disputa del choque de ida en Avellaneda el 12 de marzo de 1975, cuando el cuadro local se apuntó la victoria por 1-0 en un duelo muy cerrado, la final se decidiría en el Estadio Vicente Calderón, donde Luis Aragonés alineó de inicio un 4-3-3 compuesto por Pacheco; Melo, Heredia, Eusebio, Capón; Adelardo, Irureta, Alberto; Aguilar, Garate y Ayala. Posteriormente, Salcedo, en sustitución de Alberto, entraría en el césped en el minuto 71 de encuentro. Un encuentro en cuyos prolegómenos Adelardo, capitán de aquel equipo, recibió una placa conmemorativa por haber disputado 500 partidos oficiales como rojiblanco, cifra que el extremeño extendería hasta los 553 y gracias a la cual es el segundo futbolista que más veces ha vestido nuestra camiseta.
Tras unos eléctricos compases iniciales, un servicio de Gárate que cabeceó al fondo de las mallas Irureta igualó la final en el 21'. Una igualdad que encaminaba a desnivelarse en la prórroga en virtud de las buenas actuaciones de los porteros Pacheco y Pérez. Sin embargo, en el 86', Ayala logró el 2-0 definitivo recogiendo en el área una falta botada por su compatriota Heredia, para sellar la consecución de una Intercontinental de la cual celebramos ahora su quincuagésimo aniversario.
Adelardo fue el encargado de levantar un título que suponía el noveno en su carrera profesional, de los diez que le convertirían hasta el día de hoy en el futbolista más laureado de nuestra historia. De igual manera, estrenaba Luis Aragonés su palmarés como técnico en su temporada de debut en los banquillos. Un brillante inicio de carrera premonitorio de una trayectoria legendaria.
