Volvía la Europa League al estadio Vicente Calderón y el objetivo por parte del Atlético, vigente campeón, de seguir defendiendo el cetro. Enfrente un Rubin Kazan que no venía de turismo y que ya había dejado muestra en la previa sus intenciones a través de las palabras de su entrenador, Kurban Berdyev que veía a su equipo tan favorito como a su rival. Aún así, ni en el mejor de sus sueños el técnico ruso había imaginado un comienzo de encuentro como el que se dio.

Apenas habían pasado cuatro minutos de choque cuando en la primera ocasión que los visitantes cruzaron medio campo, un rechace a disparo de Rondón permitió a Karadeniz mandar el esférico a la red la primera vez que los rusos pasaban de medio campo. Tras hacer diana en su primera intentona, el equipo tártaro se limitó a defender y a parar el partido todo lo posible con la pelota en el tejado del Atlético.

Con un resultado muy favorable de cara a sus intereses en la vuelta, los rusos desplegaron dos líneas muy juntas que imposibilitaban al Atlético progresar en busca del área contraria. El resultado impedía a los de Simeone especular pero las ocasiones llegaban con cuentagotas y siempre con disparos lejanos como los que probaron respectivamente Cristian Rodríguez y Arda al filo del minuto 30 de encuentro.

El descanso se apresuraba en llegar con el Atlético estirándose en busca de la meta de Ryzhikov. Falcao, que volvía a la Europa League tras la final de Bucarest, se echó al equipo a la espalda y cambió el decorado del encuentro al forzar la segunda amarilla de Sharonov que dejaba a su equipo con uno menos a un minuto de llegar al entretiempo. La jugada estuvo a punto de salirle redonda al Atlético ya que el saque de falta dejó a Filipe un remate franco que el brasileño no pudo dirigir a portería. El empate había estado cerca pero debía de esperar.

Tras el paso por vestuarios Berdyev reordenó a los suyos, mandando a defender a todos a su campo y el partido se desarrolló durante muchos minutos con todos los jugadores menos Asenjo en territorio ruso. Ante un rival muy encerrado la primera del Atlético en la segunda parte volvería a ser desde fuera del área con un intento de Cristian Rodríguez.

Koke, Raúl García y Saúl entraron al partido en busca de efectivos arriba dejando a Godín y Tiago prácticamente como únicos defensas. El Rubin era una muralla con una línea de 4 y una de 5 que el Atlético se tenía que encargar de derribar como pudiese en una misión harto complicada. La imbatibilidad del Atlético como local estaba amenazada y con ella los más de dos años sumando victoria tras victoria en el continente europeo.

Los rusos se habían encontrado con un gol y con un hombre menos se limitaron a parar el partido buscando el pitido final. La muralla planteada por Berdyev estaba dando resultados y el Atlético se veía obligado a probar fortuna desde lejos. Una triple ocasión de Arda, Saúl y Cristian Rodríguez envalentonó a una hinchada que se unía al zafarrancho colchonero con 15 minutos por jugarse.

Hasta el larguero se encargó de defender la renta rusa al estrellarse en él un latigazo de Falcao en el 77 y la suerte no podía ser más esquiva a los rojiblancos cuando Adrián desaprovechaba un cabezazo franco para marcar. Todo estaba en contra, el Atlético las había tenido de todos los colores para como mínimo empatar. El colmo de la mala suerte llegó ya en el descuento con un córner a favor en el que Asenjo subió a rematar. El rechace le quedó a un jugador ruso que mandó largo para que Orbaiz marcara a placer. El Rubin se encontró dos goles que le dejan en franca ventaja para el encuentro de vuelta, donde el Atlético deberá apelar al poder del campeón para darle la vuelta a la eliminatoria.