El Grupo 1, uno de los más fuertes de esta Liga Fertiberia, se ponía en marcha en la noche del viernes con dos conjuntos con aspiraciones bien diferentes, pero los dos con unas enormes ganas de hacer las cosas bien. El Atlético, animado por su mayor experiencia, recibía a un Málaga que debutaba en la competición y que a falta de experiencia lo iba a basar todo en su ilusión. El Pabellón Dehesa Boyal de San Sebastián de los Reyes era el punto de partida para estos dos equipos que contaba con jugadores de auténtico lujo. Paunovic uno de los grandes jugadores rojiblancos que  volvía a participar en la competición en la que el año anterior dejó claras muestras de su potencial.

Fenomenal batalla táctica la planteada por ambos entrenadores desde el primer momento del encuentro mientras que el Atlético utilizaba al Mono Montoya como un atacante más y el Málaga demostraba un conocimiento innato de las leyes del Fútbol Indoor impropio para un debut, dejando claros en todo momento dos criterios importantes: como son el posicionamiento de sus futbolistas en el terreno de juego y el disparo constante y permanente a la portería atlética, que obligó al meta argentino a realizar paradas de gran mérito. Asumieron demasiados riesgos ofensivos los rojiblancos, algo que posibilitaba las continuas contras malaguistas, que efectuaban con mucho peligro en cada una de sus intentonas.

Un gol de Alejandro de córner, engañando a todos los presentes ponía a los rojiblancos por delante en el marcador. A un golazo rojiblanco le siguió otro de no peor factura de Salguero, cuando vio adelantado a Montoya para superarle por arriba y poner las tablas en el electrónico. El Atlético dominaba la primera parte en cuanto al juego, pero los de Hierro no se amilanaban por ir de novatos. Pusieron toda la carne en el asador desde el inicio del encuentro y les dio un gran resultado, pues al término de los primeros treinta minutos sólo perdían por un tanto.

El segundo tiempo fue otro cantar y los de San Román quisieron cerrar el partido lo antes posible para evitar complicaciones al final y lo consiguieron, ya que tres goles en siete minutos terminaron con las aspiraciones del Málaga de obtener algo positivo en su primera aparición en la competición. Un tanto de Fernando Sanz maquilló un resultado que ya se había decantado del lado rojiblanco hacía algunos minutos y al que se unió a la fiesta Quique Estebaranz, que reaparecía después de un año de ausencia en una liga que le viene al guante por sus características.

De esta manera, los rojiblancos se llevan los tres puntos ante un Málaga que aguantó a la perfección los primeros treinta minutos, pero que no pudieron aguantar el ritmo frenético de los colchoneros en la segunda mitad, en la que únicamente anotaron un gol con el que maquillaron el marcador, pero que dejaron una magnífica sensación para ser un equipo debutante, con la lección bien aprendida del juego que deben desarrollar.