Invictos hacia octavos
El Atlético de Madrid sumó su quinta victoria en esta Champions en el último encuentro de la fase de grupos ante el Oporto. Raúl García y Diego Costa ajusticiaron al equipo portugués en una primera parte frenética que sumió al Vicente Calderón en una auténtica fiesta.
ATLÉTICO 2–0 OPORTO
Atlético: Aranzubia, Manquillo, Alderweireld, Godín, Insua, Gabi, Koke, Adrián (Leo Baptistao, 82’), Óliver (Arda, 61’) Raúl García, Diego Costa (Villa, 46’)
Oporto: Helton, Danilo, Maicon, Mangala, Alex Sandro, Fernando, Lucho (Ghilas, 64'), Defour (Herrera, 78’), Varela, Josué (Lica, 46’), Jackson Martínez.
Goles:
1-0 Min. 14. Raúl García caracoleó en el área y soltó un zurdazo inapelable.
2-0 Min. 37.Diego Costa aprovecha un balón en profundidad de Óliver y bate en la salida a Helton.
Árbitro: Deniz Aytekin (Alemán). Amonestó a Aranzubia (Min.27), Alderweireld (Min.54) e Insua (Min.65) en el Atlético de Madrid. Por parte del Oporto fueron amonestados Josué(Min.6), Lucho (Min.31), Jackson Martínez (Min.41) y Mangala (Min.78).
Incidencias: Estadio Vicente Calderón. Sexta jornada de la Fase de Grupos de la UEFA Champions League.
Las noches de Champions a las orillas del río Manzanares son especiales y, a pesar de tener los deberes hechos antes de disputar el partido, el Atlético salió sin miramientos, porque en este equipo no se entiende el fútbol sin esfuerzo ni intensidad. El Oporto se la jugaba a dos cartas, ganar y esperar un pinchazo del Zenit en Viena. Con esta consigna, el equipo luso salió valiente a controlar el partido y a buscar un gol que les acomodase en uno de los campos más inexpugnables del continente europeo.
Nadie renunciaba al ataque y el partido se calentó en la gélida noche madrileña. La primera ocasión de peligro estuvo en las botas de Jackson Martínez que estrelló el esférico en la cruceta. Los guerreros de Simeone se fueron sacudiendo la presión portuguesa de encima justo en el momento en el que apareció el ‘killer’ navarro de este equip. Ya lo dijo Raúl García, “no conozco la palabra relajación”. El ariete español, que aparece partido sí y partido también, se las ingenió dentro del área para batir con la zurda a Helton con un disparo lleno de potencia y colocación para poner el 1-0 en el marcador.
Más atrevidos todavía que en el inicio del choque, la delantera lusa multiplicó sus esfuerzos en busca del empate. Varela lo tuvo de cabeza pero su disparo volvió a toparse con el travesaño. Acto seguido, Jackson Martínez caía dentro del área y el colegiado decretaba penalti. Aranzubía, que debutaba en su casa, se estiró con una agilidad felina para detener la pena máxima lanzada por Josué y levantar, de esta manera, a toda la hinchada colchonera. Claro, el otro ‘killer’, que había avisado con anterioridad, también quería su gol y justo antes del descanso lo conseguiría. Óliver, que ve espacios un par de segundos antes que los demás, sirvió un ‘caramelo’ a Diego Costa que primero controló con la cabeza para, después, batir a Helton en su salida. Adrián y Óliver quisieron sumarse a la fiesta y probaron fortuna sin suerte antes del pitido que declaraba el final del primer acto.
En el segundo tiempo, la vertiginosidad que había adquirido el partido se redujo considerablemente. Con pleno de canteranos rojiblancos en el centro del campo, Koke, Gabi y Óliver, el equipo de Simeone se mostró muy inteligente en todas las facetas del juego controlando el ritmo del encuentro e imposibilitando la reacción de los dragones portugueses que no llegaban con peligro a los dominios colchoneros defendidos por unos imperiales Miranda y Alderweireld.
El Oporto adelantó sus líneas y se lanzó sin frenos a buscar un resultado que le permitiese aspirar a pasar como segundo de grupo a los octavos de final. Lica, que había sustituido a Josué, volvió a encontrarse con el poste de la portería defendida por Aranzubia, que parecía estar bendecido en su primer partido en el Calderón. Manquillo animaba las ofensivas rojiblancas con rápidas subidas por la banda derecha y en uno de esos ataques fulgurantes ‘marca Atléti’, Raúl García tendría el tercero, pero esta vez, la partida la ganaría Helton con una buena parada.
Los últimos compases del encuentro estuvieron marcados por la tranquilidad y la calma tras la tormenta colchonera desatada en el primer periodo. La conexión Raúl García – David Villa creo muchas incomodidades a la defensa lusa que achicaba aguas como podía. El Oporto asumió su eliminación y dejó de dirigir ataques a la meta rojiblanca. La grada, que coreaba a cada uno de los integrantes del equipo, llevó en volandas a los nuestros hasta un pitido final que certificó el pase del Atlético a octavos de final de la UEFA Champions League de forma inmaculada con cinco victorias y un empate.