Fiesta rojiblanca en Valladolid
Excelente victoria del Atlético a domicilio (0-3) gracias a los goles de Falcao, Diego Costa y Cristian Rodríguez. 2.000 seguidores colchoneros disfrutaron en Zorrilla.
Real Valladolid: Dani Hernández; Rukavina, Rueda, Peña, Balenziaga; Alvaro Rubio, Luis Sastre (Baraja, 76’); Larsson, Oscar, Omar (Bueno, 71’); y Javi Guerra (Manucho, 55’).
Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis; Koke (Mario Suárez, 89’), Tiago, Gabi, Arda Turan (Cristian Rodríguez, 75’); Diego Costa (Raúl García, 83’) y Falcao.
Árbitro: Iglesias Villanueva (Comité Gallego). Mostró tarjeta amarilla a los locales Rueda (44’), Peña (49’) y Oscar (59’).
Incidencias: Unos 20.000 espectadores, con nutrida presencia de seguidores rojiblancos, unos 2.000.
GOLES:
0-1. 11’. Golpe franco directo que ejecuta Gabi, remata Godín, despeja Dani Hernández y el rechace lo aprovecha Falcao desde la línea de gol para marcar.
0-2. 53’. Balón que Arda Turan toca de cabeza hacia el interior del área, toca un defensa y el balón llega a Koke que, de cabeza, prolonga a Diego Costa y éste cruza ante el meta.
0-3. 90’. Raúl García centra a la entrada de Cristian Rodríguez por la izquierda, no despeja Rukavina y Cristian Rodríguez fusila a Dani Hernández.
Gran triunfo del Atlético de Madrid en una plaza complicada, Valladolid, donde nadie había ganado por tres goles y sólo el Barcelona lo había hecho por dos, rompiendo así una racha de ocho partidos consecutivos fuera de casa sin ganar. Y lo hizo con un excelente partido, superando con claridad a un rival que nunca dio su brazo a torcer pese a recibir dos goles en el inicio de cada tiempo pero que se vio impotente ante el oficio, el buen juego y la determinación de los rojiblancos. Abrió la cuenta Falcao, para marcar el segundo Diego Costa en el inicio del segundo acto. Y, cuando terminaba el choque, Cristian Rodríguez aprovechó los minutos que tuvo para anotar el definitivo 0-3.
El Atlético de Madrid había saltado al césped del Estadio Zorrilla convencido de lo que tenía que hacer. Simeone quería que su equipo recuperara su esencia, esa que le había llevado al conjunto rojiblanco a estar en el segundo puesto de la Liga BBVA. Y no había otra que mostrar su poderío en un terreno de juego muy rápido por la insistente lluvia que no dejó de caer desde antes de comenzar el partido.
El equipo se hizo pronto dueño del balón y el primer aviso fue de Falcao a los siete minutos, con un disparo desde la frontal que atajó Dani Hernández. Fue la primera ocasión de peligro y el preludio del gol. Cuatro minutos después, un golpe franco en la frontal del área por una falta de Omar sobre Gabi fue una demostración del trabajo de Simeone a balón parado. Cuando todo el mundo esperaba un lanzamiento directo de Gabi o Filipe Luis, el capitán elevó con suavidad por encima de la barrera para que Godín rematara a puerta. Paradón de Dani Hernández, que salva con una mano pero lo que no pudo hacer fue impedir el remate de Falcao sobre la línea de gol para poner el 0-1.
El partido estaba donde quería el Atlético de Madrid. Ganaba, suyo era el balón y las ocasiones, también. Porque sin ser un partido de una neta superioridad del equipo de Simeone, el primer tiempo fue perfecto, sin fisuras. Tanto, que la única llegada del Valladolid en la que inquietó a Courtois fue antes del 0-1 en un despeje a córner de Tiago. El meta belga no tuvo que intervenir a disparos de los jugadores locales.
Por el contrario, el que sí tuvo que salvar a su equipo fue Dani Hernández. Primero, con un disparo de Diego Costa en el minuto 20, luego otra vez ante el brasileño en el 39 en una doble jugada en la que tuvo que parar primero y salir a despejar ante la llegada de Falcao. Y, en el último minuto del primer tiempo, una falta botada por Koke la cabeceó Miranda con peligro y atajó Dani Hernández.
Tras el descanso, el guión del partido fue el mismo. Dominio rojiblanco y con alguna posesión de balón del Valladolid inocua para un Atlético que buscó pronto ‘matar’ el partido con un segundo gol. Vivir cerca del área del rival es lo que tiene. Estás más cerca de hacer gol que de recibirlo. Y así fue. Un balón que tocó Arda hacia el área lo despejó un defensa y Koke lo puso de cabeza para que Diego Costa hiciera el 0-2. Por si la diferencia en el terreno de juego no era suficiente, la que había en el marcador ponía tierra de por medio para afianzar al Atlético de Madrid en la segunda posición de la tabla.
A partir de ese momento, el Atlético de Madrid fue dueño y señor del partido. Marcaba los tiempos el conjunto rojiblanco y mostraba una solidez en defensa espectacular, que nublaba cualquier intento del equipo blanquivioleta. Ni la entrada de Manucho, Bueno y Baraja hicieron que cambiara el panorama para los de Djukic porque se habían encontrado a un gran equipo que funcionó como un reloj. Bien en defensa y letal en ataque con una pareja diabólica, Falcao-Diego Costa, que sentenció a un Valladolid que se vio sorprendido por un equipo que venía de dos derrotas consecutivas, Rayo y Rubin Kazan, y que cortó esa racha de raíz.
Incluso hubo tiempo para un tercer gol, obra de Cristian Rodríguez a centro de Raúl García, con el que se cerraba un resultado que sería el ideal el próximo jueves para superar la eliminatoria contra el Rubin Kazan. Fue un golpe de autoridad en toda regla. Ahora, con la mochila cargada de moral, a buscar un idéntico resultado en Moscú el próximo jueves.