El Atlético de Madrid volvió a visitar el Principado de Mónaco para conquistarlo de nuevo. Como sucediera en 2010, donde ganó su primera Supercopa de Europa ante el Inter de Milán (0-2), el equipo rojiblanco llegó a esa cita el 31 de agosto como campeón de la Europa League. El rival era el Chelsea, el equipo de Fernando Torres, quien por fin se enfrentaba a su equipo de toda la vida, en el que se había formado como jugador.

Y la verdad es que el Atlético de Madrid realizó un partido muy completo. Falcao fue, sin duda, la estrella de la quinta final que disputaba el equipo en tres años, segunda de la Supercopa de Europa. Con la inestimable colaboración de sus compañeros, dejó el partido resuelto en el primer tiempo. Marcó un ‘hat trick’ y llevó el delirio a las gradas, en las que más de 6.000 seguidores rojiblancos vibraron con los goles del colombiano y con el juego del equipo. El Atlético de Madrid firmó un primer tiempo perfecto, con un fútbol de alta escuela y que se vio rubricado con los tres goles. Primero, superó a Cech con una vaselina en el minuto 6, luego recibió un balón en el borde del área, se escoró a la izquierda para colocar con la zurda el balón en la escuadra derecha en el 19. Y, puso un digno colofón a la primera mitad con un contragolpe de libro que empezó él mismo despejando de cabeza en un córner y que llevó Arda Turan, dejándole el balón dentro del área para apuntillar al Chelsea en el 45.

En la segunda mitad, Miranda puso el 0-4 en un lanzamiento de falta lateral que ejecutó Koke. Cahill marcó el gol del honor del Chelsea dejando el marcador en un contundente 1-4. Fiesta rojiblanca en las gradas por todo lo alto. El equipo de Diego Pablo Simeone volvía a levantar un título europeo en un año espectacular, con victoria en cada partido disputado en Europa. Y lo hacía ante el campeón de la Champions League. No había mejor forma de empezar la temporada 2012-2013, sumando un título más a la dilatada trayectoria de este club centenario, el número 25 en competición oficial.