El Vicente Calderón, que respiraba ese aire mágico que inunda las grandes citas en la ribera del Manzanares, se convirtió en una auténtica olla a presión para recibir al Fútbol Club Barcelona. Valientes y decididos, los nuestros salieron al ataque con rápidas transiciones buscando las galopadas de Diego Costa. La presión adelantada ahogó a un Barcelona que vio como Arda, en una jugada sobre la línea de fondo, y después el propio Costa a punto estuvieron de abrir el marcador ante un Víctor Valdés que no paraba de corregir a su defensa.

El arreón inicial dejó un partido más tranquilo en el que el conjunto catalán empezó a desarrollar su clásico juego de toque en el centro del campo, aunque sin peligro para Courtois. Los nuestros tuvieron el gol en botas del máximo goleador del equipo que no consiguió conectar una prolongación de cabeza, tras saque de esquina, de Miranda. Pedro puso, a renglón seguido, la réplica con otro testarazo que se marchó por encima del larguero de la portería defendida por Thibaut.

Los de Gerardo Martino durmieron el partido sabedores de que la anarquía y la velocidad eran favorables a los rojiblancos. Piqué intentó sorprender de lejos a Courtois pero el belga demostró su gran colocación.

Los nuestros, muy bien plantados atrás y sin conceder ocasiones de gol al rival, buscaron la conexión Arda-Filipe, muy activos durante toda la primera mitad. Sin embargo, el empate inicial pondría el telón final a unos primeros 45 minutos de mucho respeto entre ambos conjuntos.

El inicio del segundo acto no varió en exceso con respecto al final de la primera parte. El Barcelona comenzó dominando el esférico en centro del terreno de juego y el Atlético contenido atrás con la mecha preparada para prender la zaga azulgrana en una contra. La primera ocasión de peligro la tuvo Gabi que no acertó a rematar un centro medido de Koke. Las 55.000 almas que abarrotaban las gradas del Calderón pusieron todo su espíritu para apoyar a los guerreros de Simeone, que espoleados por la pasión colchonera, se volcaron sobre la portería de Valdés. David Villa y Diego Costa, que buscaba insaciable su gol, probaron fortuna sin el premio del gol.

El Barcelona estaba incómodo y el Atlético no cedía con una presión solidaria que daba al traste con el intento de dominio barcelonés. Algo más trabado, el partido fue creciendo en tensión con el paso de los minutos sin ocasiones verdaderamente claras para ninguno de los dos equipos. Otra vez Diego Costa tendría en su cabeza el gol pero el balón no acabó en la red. Arda, acto seguido, impactó una volea en el punto de penalti pero su disparo salió directo a las manos del portero catalán.

El Barcelona pasaba apuros para sacar la pelota, pero aun así Messi tuvo una buena oportunidad que Courtois sacó con solvencia. Simeone buscó los tres puntos y sacó a Cristian Rodríguez y a Raúl García. Sin embargo, el marcador no se movería a pesar del buen hacer rojiblanco que se marchó en medio de una ovación espectacular por parte de la afición. No es para menos. Cincuenta puntos en una primera vuelta de ensueño, una primera vuelta para la historia.