El Atlético pega primero
· Los rojiblancos se imponen al Valencia 4-2 · Falcao hizo doblete y Adrián y Miranda también mojaron · Jonas y Ricardo Costa, autores de los goles visitantes
El Atlético pasó por encima del Valencia en el Vicente Calderón en el partido de ida de las semifinales de la Uefa Europa League. Apoyado por una grada entregada, los de Simeone hicieron un encuentro perfecto sólo empañado por dos acciones a balón parado en los tiempos de prolongación de la primera y segunda parte que los visitantes convirtieron en gol. Fue demasiado premio para los de Emery que se vieron desarbolados una y otra vez por un equipo tan ambicioso como valiente. Falcao hizo doblete y Miranda y Adrián cerraron la cuenta rojiblanca.
Sólo un dato basta para resumir lo que fue el encuentro. Cuando Falcao marcó el primero en el minuto 14, los de Simeone ya habían llegado tres veces con peligro. Alves había salvado dos disparos a bocajarro de Diego y Adrián, y detenido un chut desde el pico del área de Falcao.
El Atlético se gustaba bombeando fútbol con Arda como protagonista. El turco volvió loco al flanco izquierdo visitante durante la primera mitad. Condujo, asistió y desbordó por doquier a una defensa que nunca supo descifrar su juego. Todos los que se asociaron con él se beneficiaron. El ex del Galatasaray es uno de esos jugadores que siempre asisten en ventaja.
Que se lo digan a Falcao. El turco peleó un balón imposible en la derecha y robó la cartera a Rami sobre la línea de fondo para servir atrás un esférico que el Tigre mandó a la jaula. El Valencia era desarbolado por las contínuas asociaciones de los cuatro atacantes rojiblancos. Los de Emery empezaban a darse cuenta de que iba a ser difícil escapar con vida del Calderón.
Diego, en una llegada en plancha tras asistencia de Arda, y Adrián, tras una cabalgada de 40 metros que solventó la defensa en la frontal, amenazaron con hacer el segundo. El turco, incluso, tuvo tiempo antes del descanso para ensayar un tiro desde el pico del área que se marchó alto.
Parecía que el partido acabaría con 1-0 los primeros 45 minutos cuando llegó el gol valencista. Hasta entonces, el botín ofensivo de los de Emery se reducía a un tímido cabezazo de Jonás a centro de Tino Costa, un disparo alto del propio brasileño desde la frontal y un cabezazo lejano de Soldado que no encontró puerta. Sólo una acción había inquietado verdaderamente a Courtois, un cabezazo de Rami en el minuto 32 que se fue fuera por centímetros. Fue el primer gran susto para el Calderón.
En segundo sería el gol. Tino Costa, espléndido en el golpeo de balón toda la noche, sirvió un córner que peinó el central francés en el primer palo lo justo para encontrar a Jonas en el segundo. Por juego y ocasiones, el Atlético merecía más, pero se iba al descanso con tablas en el marcador y la eliminatoria en el alero por el doble valor de los tantos fuera de casa.
Otro equipo hubiera vuelto al césped bloqueado, pensando en lo injusto del marcador, en las oportunidades falladas, pero ese equipo no es el de Simeone. Los rojiblancos, enrabietados por el tanto encajado en el último minuto de la primera mitad, salieron a morder repitiendo la actuación del inicio del partido.
No obstante, ahora doblarían la renta obtenida en los primeros 15 minutos de encuentro. Miranda, de cabeza, tras saque de falta de Diego, y Adrián, en uno de sus tradicionales 'yo me lo guiso, yo me lo como', hicieron el segundo y el tercero del Atlético antes que los de Unai descifraran la manera de detener los golpes. La conexión brasileña y la presión de Mario en campo rival que propició la cabalgada genial de Adrián en su gol ponían tierra de por medio en el partido y la eliminatoria.
Mientras tanto, Miranda y Domínguez contenían a los defensas con la ayuda de Juanfran, que nunca pasó apuros en la derecha. Por la izquierda, Filipe Luis se atrevía a proyectarse en ataque creando ventajas en el medio del campo que Gabi, Mario, Arda y Diego aprovechaban para abastecer a los delanteros. El equipo de Simeone bombeaba fútbol y más fútbol como una máquina engrasada que no miraba al marcador.
Quiso más y lo consiguió. Fue en el 77 cuando Falcao se inventó un gol de un balón suelto en la derecha. El Tigre controló, dribló a dos defensas, buscó la frontal y sacó un latigazo con la zurda que quitó las telarañas de la escuadra de Alves. La enésima genialidad de un jugador que ha enamorado al Calderón.
El Atlético recogía los frutos de una segunda parte de ensueño. Alves, que ya había sacado una falta botada por Diego ( y el posterior rechace rematado por Arda) y un disparo de Adrián, ambos desde la frontal, veía como su defensa se diluía ante las acometidas locales.
El Valencia estaba fuera del partido, así que tiró de la única arma que le había resultado: la zurda de Tino Costa. El Calderón era una fiesta esperando el pitido final cuando el zurdo sirvió un balón desde la izquierda que Ricardo Costa cabeceó, inapelable, a la red. Era el 4-2, que da aire al Valencia para la vuelta. El Atlético pegó primero y los de Emery se tambalearon pero permanecieron en pie. El KO debe llegar en Mestalla.
Sólo un dato basta para resumir lo que fue el encuentro. Cuando Falcao marcó el primero en el minuto 14, los de Simeone ya habían llegado tres veces con peligro. Alves había salvado dos disparos a bocajarro de Diego y Adrián, y detenido un chut desde el pico del área de Falcao.
El Atlético se gustaba bombeando fútbol con Arda como protagonista. El turco volvió loco al flanco izquierdo visitante durante la primera mitad. Condujo, asistió y desbordó por doquier a una defensa que nunca supo descifrar su juego. Todos los que se asociaron con él se beneficiaron. El ex del Galatasaray es uno de esos jugadores que siempre asisten en ventaja.
Que se lo digan a Falcao. El turco peleó un balón imposible en la derecha y robó la cartera a Rami sobre la línea de fondo para servir atrás un esférico que el Tigre mandó a la jaula. El Valencia era desarbolado por las contínuas asociaciones de los cuatro atacantes rojiblancos. Los de Emery empezaban a darse cuenta de que iba a ser difícil escapar con vida del Calderón.
Diego, en una llegada en plancha tras asistencia de Arda, y Adrián, tras una cabalgada de 40 metros que solventó la defensa en la frontal, amenazaron con hacer el segundo. El turco, incluso, tuvo tiempo antes del descanso para ensayar un tiro desde el pico del área que se marchó alto.
Parecía que el partido acabaría con 1-0 los primeros 45 minutos cuando llegó el gol valencista. Hasta entonces, el botín ofensivo de los de Emery se reducía a un tímido cabezazo de Jonás a centro de Tino Costa, un disparo alto del propio brasileño desde la frontal y un cabezazo lejano de Soldado que no encontró puerta. Sólo una acción había inquietado verdaderamente a Courtois, un cabezazo de Rami en el minuto 32 que se fue fuera por centímetros. Fue el primer gran susto para el Calderón.
En segundo sería el gol. Tino Costa, espléndido en el golpeo de balón toda la noche, sirvió un córner que peinó el central francés en el primer palo lo justo para encontrar a Jonas en el segundo. Por juego y ocasiones, el Atlético merecía más, pero se iba al descanso con tablas en el marcador y la eliminatoria en el alero por el doble valor de los tantos fuera de casa.
Otro equipo hubiera vuelto al césped bloqueado, pensando en lo injusto del marcador, en las oportunidades falladas, pero ese equipo no es el de Simeone. Los rojiblancos, enrabietados por el tanto encajado en el último minuto de la primera mitad, salieron a morder repitiendo la actuación del inicio del partido.
No obstante, ahora doblarían la renta obtenida en los primeros 15 minutos de encuentro. Miranda, de cabeza, tras saque de falta de Diego, y Adrián, en uno de sus tradicionales 'yo me lo guiso, yo me lo como', hicieron el segundo y el tercero del Atlético antes que los de Unai descifraran la manera de detener los golpes. La conexión brasileña y la presión de Mario en campo rival que propició la cabalgada genial de Adrián en su gol ponían tierra de por medio en el partido y la eliminatoria.
Mientras tanto, Miranda y Domínguez contenían a los defensas con la ayuda de Juanfran, que nunca pasó apuros en la derecha. Por la izquierda, Filipe Luis se atrevía a proyectarse en ataque creando ventajas en el medio del campo que Gabi, Mario, Arda y Diego aprovechaban para abastecer a los delanteros. El equipo de Simeone bombeaba fútbol y más fútbol como una máquina engrasada que no miraba al marcador.
Quiso más y lo consiguió. Fue en el 77 cuando Falcao se inventó un gol de un balón suelto en la derecha. El Tigre controló, dribló a dos defensas, buscó la frontal y sacó un latigazo con la zurda que quitó las telarañas de la escuadra de Alves. La enésima genialidad de un jugador que ha enamorado al Calderón.
El Atlético recogía los frutos de una segunda parte de ensueño. Alves, que ya había sacado una falta botada por Diego ( y el posterior rechace rematado por Arda) y un disparo de Adrián, ambos desde la frontal, veía como su defensa se diluía ante las acometidas locales.
El Valencia estaba fuera del partido, así que tiró de la única arma que le había resultado: la zurda de Tino Costa. El Calderón era una fiesta esperando el pitido final cuando el zurdo sirvió un balón desde la izquierda que Ricardo Costa cabeceó, inapelable, a la red. Era el 4-2, que da aire al Valencia para la vuelta. El Atlético pegó primero y los de Emery se tambalearon pero permanecieron en pie. El KO debe llegar en Mestalla.